sábado, 27 de noviembre de 2010

COMIENZA EL ADVIENTO





Comienza hoy el Adviento, tiempo litúrgico que comprende cuatro semanas que anteceden a la fiesta de Navidad.

El Adviento es una actitud de la persona, una invitación permanente a la esperanza. La decepción es una de las enfermedades de la esperanza. Vemos el futuro más como una amenaza que como una promesa. Muchas ilusiones se han convertido en decepciones.

El Adviento es un tiempo de espera activa. No podemos esperar simplemente el futuro, hay que hacerlo. Nuestra actitud no es la postura de brazos caídos, a la espera pasiva de los acontecimientos. Es la postura del vigía, la atención vigilante, la tensión atenta del centinela: «Vigilad, pues no sabéis ni el día ni la hora».

El mensaje central del Adviento es recordarnos que Dios ama al mundo y nos envió a su Hijo como prueba irrefutable de ese amor.

El clarinazo con que abre el Adviento -«estad preparados»- debe sacudir nuestras conciencias dormidas. Debemos estar atentos, oír los gritos de la calle, pulsar las aspiraciones de los hombres, ayudar a los marginados, sin pasar de largo esquivando su presencia, trabajar con humildad para llegar al diálogo y a la paz.

La Iglesia tendrá sentido y será escuchada y aceptada cuando deje de buscar el poder y el dominio y se ponga al servicio y a la difusión honesta, leal y libre del Reino de Dios